lunes, 30 de diciembre de 2013

DANIEL Y SU FLAUTA.

Cuando Daniel, tocando su pequeña flauta, aparecía en las calles de Belén, la gente se quedaba parada para escucharlo con gusto. En realidad Daniel era un pobre muchacho. Desde su nacimiento tenia el corazón tan débil que no le permitía correr ni brincar como los demás niños; con su pie
izquierdo cojeaba un poco y lo peor de todo era que estaba ciego. Nunca había visto el Sol, ni el cielo,ni el bello mundo. Sin embargo, cuando tocaba su flauta -y eso lo hacía por doquiera que andaba- susmelodías siempre sonaban llenas de alegría. Daniel era un niño feliz y su buen humor contagiaba atoda la gente.
Era pleno Invierno, cuando en una mañana la gente al despertar, ya no vio más que velos grisesfrente a su ventana.
Toda la ciudad de Belén estaba envuelta en una extraña neblina que impedía vernada, ni reconocer los callejones y rincones. Solamente a una personita no afectaba esa situación: ADaniel, a quien la niebla no lo detuvo en su casa. Exactamente en ese día sintió cierta fuerza especial
que lo impulsaba hacia fuera. En aquel entonces todavía no se festejaba la Navidad, pero lo que élsentía en este día era la misma alegría que nosotros percibimos cuando esperamos esa fuerzaluciente.
Tomó su flauta, y guiándose por su buen oído, salió directamente por el portal de la ciudad; buscósu camino a lo largo del muro, hasta llegar a su roca favorita. A pesar de la densa neblina empezó atocar su flauta.
 
Ahora ya no era un pequeño muchacho ciego; al contrario, se había transformado en toda una orquesta que tocaba en la boda de la pareja real. Lo hizo con tanta intensidad que ni se dio cuenta de los velos de neblina que lo rodeaban impidiendo la visión de la gente. Y así continuó tocando.
¿Para qué?... Para que María y José pudieran encontrar el camino al sublime portal, porque se tenía que cumplir la profecía, que ellos por aquí y no por otro lugar entraran a la ciudad.
María y José se encontraban perdidos en medio de la densa neblina y ya no sabían por dóndeseguir. De repente escucharon la melodía, tocada en la flauta: "Pasa el héroe con gallarda majestad..." Se detuvieron para descubrir de dónde venía tan bella música; luego continuaron su camino
guiados por la dulce tonada.
 
"¿Qué ángel nos estará guiando?", preguntó María; y en el mismo momento vieron aparecer entre la niebla un pequeño muchacho, sentado en una piedra con una flauta en los labios.
Nuevamente detuvieron sus pasos y sin hablar escucharon la música hasta que la canción se desvaneció. Entonces Daniel, dirigiéndose a ellos les preguntó: "¿Quiénes son ustedes y qué buscan por aquí?" "Somos pobres caminantes y buscamos la entrada a Belén, contestó José. "¿Pobres
caminantes?", preguntó el niño sorprendido, y parecía que sus ojitos ciegos los estaba observando atentamente, y luego añadió: "El muro de la ciudad está muy cerca, sigan por este lado y encontraránun pequeño portal".
 
Y así fue; pronto María y José descubrieron el muro como una oscura sombra. Dieron las gracias al pequeño músico, y continuaron su camino. Y éste los llevó exactamente al "sublime portal", o sea, aquella pequeña puerta que había sido abierta especialmente para ellos y que todavía permanecía con la brillante llave puesta. Por allí entraron en la ciudad. La música la oían cada vez más lejana, a pesar de que Daniel seguía tocando.
Tenía que continuar para expresar así su alegría, ¡pues había
visto algo tan maravilloso! Se había sentido envuelto en luz, y en medio de ella había visto a dos personas que llevaban consigo a un niño pequeño que lo había llamado con su manita: "¡Ven!" Si, él iría cuando le llegara su tiempo. Mientras tanto tenía que seguir tocando, como si con su música
pudiera deshacer toda la niebla, junto con la ceguera de los hombres.
 
Georg Dreissig

No hay comentarios:

Publicar un comentario