miércoles, 18 de diciembre de 2013

EL ABUELO Y EL NIETO.



El abuelo y el nieto.

El abuelito Roberto
era un hombre muy anciano.
Siendo joven y maduro,
había mucho trabajado.

Gracias a sus sacrificios
los hijos bien se casaron;
tenían muy buenas casas
y un estado desahogado.

El era viudo, y vivía
en casa del hijo Pablo.
Pronto quedó medio ciego,
y le temblaban las manos.

Cuando quería comer
se le caían los platos,
y derramaba la sopa
sobre los manteles blancos.
 

Eso molestaba mucho
a Isabel, mujer de Pablo;
y para remediar el mal
al pobre viejo obligaron
a comer en mesa aparte,
usando especiales platos.

Todo esto lo observaba
Carlitos, el nieto amado,
que al abuelito veía
comer solo
y apenado.

.Hasta que un día los padres
vieron cómo el mismo Carlos
con un tronco y unas tablas
parecía estar jugando.

"¿Qué haces, niño, (le dijeron)
con esas tablas y clavos?".
El niño dijo tranquilo:
"Es que estoy preparando
una mesita especial;
cuando seáis muy ancianos
comeréis en ella solos,
de los demás separados,
como ahora el abuelito
come triste y solitario".
 

Los padres meditabundos
uno al otro se miraron;
comprendiendo la lección
arrepentidos lloraron,
y a Carlitos le dijeron:

"Tú tienes razón, muchacho;
nosotros injustamente
al abuelito tratamos;
le pediremos perdón,
y comerá a nuestro lado;
horque la paz y el amor
son unos dones sagrados,
más valiosos que el dinero
y fue los manteles blancos.

(Adaptación del alemán por Marcos Manzanero O.P.)

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