domingo, 27 de abril de 2014

EL DUENDE DE LOS GUERRA.

Existe un lugar maravilloso ubicado en las caidas norte del Torrecilla en las cercanias de las cuevas del Moro, justo donde las calizas y las peridotitas se dan la mano. Es facil de llegar, hemos de tomar el carril que lleva desde el Puerto del Hombre al cruce del Puerto de Las Golondrinas, cuando lleguemos al cruce que se dirige a Río Verde tomamos el carril y antes de llegar al río a la izquierda están las ruinas del cortijo donde ocurrieron los hechos. El cortijo está en la actualidad en total ruina, en sus aledaños se conservan los bancales donde se cultivaba, hay algunos frutales y unos enormes ágaves, muy cerca, es facíl ver un maravilloso manantial de aguas cristalinas; por la riqueza en agua y la fertilidad de las tierras, la familia de los Guerra vivian desde hacía varias generaciones en este lugar.
Un día un nuevo inquilino tomó  posesión en la finca, se trataba de un duende burlón que comenzó a amargar la vida de la familia, para ello hacía todo tipo de diabluras, tiraba los platos al suelo, hacia ruidos de noche, soltaba el ganado, asustaba a los perros, así un día y otro hasta que la paciencia de los Guerra se quebró y éstos decidieron marcharse al pueblo de Tolox de donde procedian; cuando se hallaban a mitad de camino, la señora se percató de que le faltaba una sarten, “la buena”, la que no se pegaba; entonces el marido comentó: “Continuar andando despacio que yo me vuelvo a por ella”, cuando hacía ademan de regresar, oyó una voz en su oido que claramente le dijo : “No te preocupes que la sarten la llevo yo”.
En vista de ello, los Guerra decidieron permanecer en el cortijo.
Andrés Rodríguez y Rafael Flores

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