lunes, 24 de marzo de 2014

EL AMOR, LA ÚNICA FUERZA CREATIVA.

El amor, la única fuerza creativaUn profesor universitario quiso que los alumnos de su clase de sociología se adentrasen en los suburbios de Boston para conseguir las historias de 200 jóvenes. A los alumnos se les pidió que ofrecieran una evaluación del futuro de cada entrevistado. En todos los casos los estudiantes escribieron: Sin la menor probabilidad. 25 años después, otro profesor de sociología dio casualmente con el estudio anterior y encargó a sus alumnos un seguimiento del proyecto, para ver qué había sucedido con aquellos chicos. Con la excepción de 20 individuos, que se habían mudado o habían muerto, los estudiantes descubrieron que 176 de los 180 restantes habían alcanzado éxitos superiores a la media como abogados, médicos y hombres de negocios. El profesor se quedó atónito y decidió continuar el estudio. Afortunadamente, todas aquellas personas vivían en la zona y fue posible preguntarle a cada una cómo explicaban su éxito. En todos los casos, la respuesta, muy sentida, fue: Tuve una maestra. La maestra aún vivía, y el profesor buscó a la todavía despierta anciana para preguntarle de qué fórmula mágica se había valido para salvar a aquellos chicos de la sordidez del suburbio y guiarlos hacia el éxito.
-En realidad es muy simple - fue su respuesta - Yo los amaba.

EL ACTORCITO.

El actorcitoUn niño estaba intentando conseguir una parte en una obra en la escuela.
Su mamá contaba que el niño había puesto su corazón en ello y ella temía que no fuera elegido.
El día que las partes de la obra fueron repartidas, estaba en la escuela.
El niño salió corriendo con los ojos brillantes, con orgullo y emoción.
Adivina qué mamá, gritó y luego dijo las palabras que permanecerán como una lección: He sido elegido para aplaudir y animar.

GOTITAS DE AGUA LLENAS DE AMOR.


Gotitas de agua, llenas de amorUn gran incendio se desató en un bosque de bambú. Las llamas alcanzaban grandes alturas. Un pequeño Colibrí fue al río, mojó sus alas y regresó sobre el gran incendio, agitándolas con la intención de apagar el fuego. Incesantemente iba y venía con sus alas cargadas de agua. Los otros animales observaban sorprendidos la actitud de la pequeña ave y le preguntaron: Oye, ¿por qué estás haciendo eso? ¿Cómo es posible? ¿Cómo crees que con esas gotitas de agua puedes apagar un incendio de tales dimensiones? ¡Jamás lo podrás lograr! El Colibrí con una gran ternura respondió: El bosque me ha dado todo, tengo un inmenso amor por él. Yo nací en este bosque que me ha enseñado el valor que tiene la naturaleza. Este bosque me ha dado todo lo que soy y tengo. Este bosque es mi origen y mi hogar, por eso y aunque no lo pueda apagar, si es necesario voy a dejar mi vida lanzando gotitas de agua, llenas de amor. Los otros animales entendieron el mensaje del Colibrí y entre todos le ayudaron a apagar el incendio. Cada gotita de agua puede apaciguar un incendio. Cada acción que con amor y entusiasmo emprendemos, se reflejará en un mañana mejor.
“No subestimes las gotas, porque millones de ellas forman un océano. Todo acto que con amor realizamos, regresa a nosotros multiplicado”.

UN JOVEN Y EXITOSO EJECUTIVO.


Un joven y exitoso ejecutivoPaseaba a toda velocidad sin ninguna precaución, en su nuevo auto deportivo. De repente, sintió un estruendoso golpe en la puerta, se detuvo y, al bajarse, vio que un ladrillo había estropeado su lujoso auto. Vio a un chiquillo y lo agarro por los brazos y empujándolo hacia su auto le gritó: Es un auto nuevo y ese ladrillo que lanzaste va a costarte muy caro. ¿Por qué hiciste eso? Lo siento mucho señor. "Le lance el ladrillo porque nadie se detenía". "Es mi hermano, se descarriló su silla de ruedas, se cayó al suelo y no puedo levantarlo". ¿Puede usted, por favor, ayudarme a sentarlo en su silla? Está golpeado y pesa mucho para mi sólito. El ejecutivo se tragó el grueso nudo que se le formó en su garganta. Emocionado por lo que acababa de pasar, levantó al joven del suelo, lo sentó nuevamente en su silla y sacó su pañuelo de seda para limpiar un poco las cortaduras del hermano de aquel chiquillo tan especial. Luego de verificar que se encontraba bien, miró al chiquillo, y este le dio las gracias con una gran sonrisa indescriptible. "Dios lo bendiga señor, y muchas gracias", le dijo. El hombre vio como se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano. El ejecutivo no reparo la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo, para recordarle que no debe ir por la vida tan distraído y tan deprisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención.

VALORA A LAS PERSONAS QUE AMAS.

Prefiero que compartas conmigo unos pocos minutos ahora que estoy viv@ y no una noche entera cuando yo muera.
Prefiero que estreches suavemente mi mano ahora que estoy viv@ y no apoyes tu cuerpo sobre mi cuando yo muera.
Prefiero que hagas una sola llamada ahora que estoy viv@ y no emprendas un inesperado viaje cuando yo muera.
Prefiero que me regales una sola flor ahora que estoy viv@ y no me envíes un hermoso ramo cuando yo muera.
Prefiero que me digas unas palabras de aliento ahora que estoy viv@ y no un desgarrador poema cuando yo muera.
Prefiero escuchar un solo acorde de guitarra ahora que estoy viv@ y no una conmovedora serenata cuando yo muera.
Prefiero me dediques una leve plegaria ahora que estoy viv@ y no un poético epitafio sobre mi tumba cuando yo muera.
Prefiero disfrutar de los más mínimos detalles ahora que estoy viv@ y no de grandes manifestaciones cuando yo muera.
Prefiero escucharte un poco nervios@ diciendo lo que sientes por mí ahora que estoy viv@ y no un gran lamento porque no lo dijiste a tiempo.
Así que hazlo personalmente o ya sea con un mail, una llamada o con lo que sea, pero hazlo.

LOS CLAVOS DEL MAL GENIO.

Los clavos del mal genioEsta es la historia de un joven que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta. Pronto la puerta se llenaba de clavos. Pero, a medida que aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta. Descubrió que podía controlar su genio, pues el clavar le hacia pensar sobre su mala actitud. Llegó el día en que pudo controlar su carácter y ya no tenía razón de clavar. Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta. Era ciertamente un gran logro, pero su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo: "has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves. Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero la herida permanece y el mal se propaga. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física. Ahora hace falta trabajar mucho mas para que la puerta quede como nueva. Hay que reparar cada agujero y muy difícilmente lograrás que quede como nueva."

LA VIDA ES UN ESPEJO.

La vida es un espejoEn un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada. Cierto día, un perrito buscando refugio del sol, logró entrar a dicha casa y se topó con una puerta semi-abierta; lentamente se adentró en el cuarto y se dio cuenta que dentro de ese cuarto había mil perritos mas observándolo, como él los observaba a ellos. El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas. Los mil perritos hicieron lo mismo. Sonrió y les ladró alegremente a uno de ellos, los mil perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él. Cuando salió del cuarto pensó: Que lugar tan agradable. Voy a venir más seguido a visitarlo. Tiempo después, otro perrito callejero entró al mismo sitio y entro al mismo cuarto. Pero a diferencia del primero, al ver a los mil del cuarto se sintió amenazado, ya que lo estaban viendo de una manera agresiva. Empezó a ladrar y vio como los mil perritos le ladraban también a él. El perrito salió del cuarto y pensó: Que lugar tan horrible es este. Nunca más volveré a entrar allí. En el frente de dicha casa había un letrero que decía: "La casa de los mil espejos". No eres responsable de la cara que tienes, eres responsable de la cara que pones. "Todos los rostros del mundo son espejos". Decide cual rostro llevarás por dentro y ese será el que mostrarás. Las cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan, sólo se sienten con el corazón.

LA ARENA Y LA ROCA.


La arena y la roca

Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y discutieron. Uno acabó dando al otro una bofetada. El ofendido se agachó y escribió con sus dedos en la arena: “Hoy mi mejor amigo me ha dado una fuerte bofetada en la cara”.
Continuaron el trayecto y llegaron a un oasis, donde decidieron bañarse. El que había sido abofeteado y herido empezó a ahogarse. El otro se lanzó a salvarlo. Al recuperarse del posible ahogamiento, tomó un estilete y empezó a grabar unas palabras en una enorme piedra. Al acabar se podía leer: “Hoy mi mejor amigo me ha salvado la vida”.
Intrigado su amigo, le preguntó:
¿Por qué cuando te hice daño escribiste en la arena y ahora escribes en una roca?
Sonriente, el otro respondió:
Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribir la ofensa en la arena, donde el viento del olvido y del perdón se encargará de borrarla y olvidarla. En cambio, cuando un gran amigo nos ayuda o nos ocurre algo grandioso, es preciso grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde ningún viento de ninguna parte del mundo podrá borrarlo.

ADOPCIÓN.

AdopciónUna maestra estaba estudiando con su grupo de primer grado la pintura de una familia. En la pintura había un niño que tenía el cabello de color diferente al resto de los miembros de la familia. Uno de los niños del grupo sugirió que el niño de la pintura era adoptado. Entonces, una niña del grupo le dijo: Yo sé todo de adopciones porque soy adoptada.
¿Qué significa ser adoptado? Preguntó otro niño.
Significa - dijo la niña - que tú creces en el corazón de tu mamá en lugar de crecer en su vientre.

TÁCTICA.


TácticaDicen que una vez, había un ciego sentado en un parque, con una gorra a sus pies y un cartel en el que, escrito con tiza blanca, decía: POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO.
Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue. Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Ahora su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconociendo sus pasos le preguntó si había sido él quien re-escribió su cartel y sobre todo, qué era lo que había escrito allí. El publicista le contestó: Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras. Sonrió y siguió su camino. El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía: ESTAMOS EN PRIMAVERA, Y... YO NO PUEDO VERLA.

EL NIÑO Y LA CAMARERA.

El niño y la camareraEn los días en que un helado costaba mucho menos, un niño de 10 años entró en un establecimiento y se sentó a una mesa. La camarera puso un vaso de agua en frente de el.
- ¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con nueces? preguntó el niño - Cincuenta peniques, respondió la camarera. El niño saco su mano de su bolsillo y examinó un número de monedas.
- ¿Cuánto cuesta un helado solo?, volvió a preguntar.
En ese momento había algunas personas que estaban esperando por una mesa y la camarera ya estaba un poco impaciente.
- Treinta y cinco peniques, dijo ella bruscamente. El niño volvió a contar las monedas - Quiero el helado solo, dijo el niño. La camarera le trajo el helado con mala cara, puso la cuenta en la mesa y se fue. El niño terminó el helado, pagó en la caja y se fue.
Cuando la camarera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le costo tragar saliva con lo que vio. Allí, puesto ordenadamente junto al plato vacío, había veinticinco peniques. ¡Su propina!
¡Jamás juzgues a alguien solo por las apariencias!

UNA VERDAD QUE DUELE, PERO MUY CIERTA.


Una verdad que duele, pero muy ciertaDurante una conferencia sobre las grandes diferencias entre generaciones, un presumido estudiante se tomó la molestia de explicarle a un señor mayor sentado cerca de él, por qué le es imposible a la vieja generación comprender a su generación:
"Usted creció en un mundo diferente, realmente casi primitivo", dijo en voz lo suficientemente alta para que lo escucharan alrededor.
"Los jóvenes de hoy crecimos con televisión, internet, teléfonos móviles, aviones jet, viajes al espacio. Nuestras sondas espaciales han visitado Marte. Tenemos naves con energía nuclear y autos eléctricos y de hidrógeno. Computadoras con procesos de velocidad de la luz…y más".
Luego de un breve silencio el señor mayor respondió:
"Tienes razón, hijo mío; nosotros no tuvimos esas cosas cuando éramos jóvenes...
¡ASÍ QUE LAS INVENTAMOS!
Ahora, dime arrogante, ¿qué estás haciendo TÚ PARA LA PROXIMA GENERACION?"
¡El aplauso fue ensordecedor!

CARRERA EMOTIVA.

Carrera emotivaHace algunos años, en las olimpiadas para personas con discapacidad de Seattle, también llamadas “Olimpiadas especiales”, nueve participantes, todos con deficiencia mental, se alinearon para la salida de la carrera de los cien metros lisos. A la señal, todos partieron, no exactamente disparados, pero con deseos de dar lo mejor de si, terminar la carrera y ganar el premio. Todos, excepto un muchacho, que tropezó en el piso, cayó y rodando comenzó a llorar. Los otros ocho escucharon el llanto, disminuyeron el paso y miraron hacia atrás. Vieron al muchacho en el suelo, se detuvieron y regresaron: TODOS. Una de las muchachas, con síndrome de Down, se arrodilló, le dio un beso y le dijo: “Listo, ahora vas a ganar”. Y todos, los nueve competidores entrelazaron los brazos y caminaron juntos hasta la línea de llegada. El estadio entero se puso de pie y en ese momento no había un solo par de ojos secos. Los aplausos duraron largos minutos, las personas que estaban allí aquél día, repiten y repiten esa historia hasta hoy. Porque en el fondo, todos sabemos que lo que importa en esta vida, más que ganar, es ayudar a los demás para vencer, aunque ello signifique disminuir el paso y cambiar el rumbo. Porque el verdadero sentido de esta vida no es que cada uno de nosotros gane en forma individual sino que: TODOS JUNTOS GANEMOS.

domingo, 23 de marzo de 2014

DONANTE DE SANGRE.

Donante de sangreHace muchos años, había una niñita llamada Liz quien sufría de una extraña enfermedad. Su única oportunidad de recuperarse aparentemente era una transfusión de sangre de su hermano de 5 años, quien había sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla. El doctor explicó la situación al hermano de la niña, y le preguntó si estaría dispuesto a dar su sangre a su hermana. Se lo vio dudar por solo un momento antes de tomar un gran suspiro y decir: "Si, lo haré, si eso salva a Liz. "Mientras la transfusión continuaba, él estaba acostado en una cama al lado de la de su hermana, sonriente viendo retornar el color a las mejillas de la niña. Entonces la cara del niño se puso pálida y su sonrisa desapareció. Miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa: "¿A qué hora empezaré a morirme?"
Siendo solo un niño, no había comprendido al doctor; él pensaba que le daría toda su sangre a su hermana. Y aun así se la daba.
Da todo por quien ames.

LOS ZAPATOS DEL CAMPESINO.

Los zapatos del campesinoUn estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones. Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias. El alumno dijo al profesor: "Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre".
Mi querido amigo - le dijo el profesor - nunca tenemos que divertirnos a expensas de los pobres. Tú eres rico y puedes darle una alegría a este hombre. Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre. Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos. El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo. Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y encontró la moneda. Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado. Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar. Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie. La guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda. Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida no morirían de hambre. El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de lágrimas. Ahora, dijo el profesor ¿no estás más complacido que si le hubieras hecho una broma?
El joven respondió: "Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que recibir".

UN GRANJERO TENÍA CARROCHOS PARA VENDER.

Un granjero tenía cachorros para venderUn niño con una amplia sonrisa le dijo: “Señor, quiero comprarle uno de sus cachorritos”. El granjero, le respondió: estos cachorros son de raza, y cuestan bastante dinero. He conseguido treinta y nueve centavos ¿es esto suficiente? Seguro, dijo el granjero, comenzando a silbar y a gritar, “Dolly, ven aquí”. Dolly salió corriendo de su casilla y bajó la rampa seguida de cuatro pequeñas bolas de piel. Los ojos del niño danzaban de alegría. Entonces de la casilla salió, a hurtadillas, otra pequeña bola, ésta era notablemente más pequeña. Se deslizó por la rampa y comenzó a renguear en un infructuoso intento por alcanzar al resto. El niño apretó su carita contra la cerca y gritó con fuerzas: ¡Yo quiero a ése!, señalando al más pequeño. El granjero le dijo: "Hijo, tú no quieres a este cachorrito. Él nunca podrá correr y jugar contigo de la forma en que tú quisieras”. Al oír eso, el niño bajó la mano y lentamente se subió el pantalón en una de sus piernas. Le mostró una prótesis de doble abrazadero de acero a ambos lados de su pierna, que iba hasta un zapato especial. Mirando al granjero, le dijo: “Como usted verá, señor, yo tampoco corro tan bien que digamos, y él necesitará a alguien que lo comprenda”.

CONTRA EL RACISMO.

Contra el racismoEn un avión, iniciado el vuelo, una "Señora" oprime insistentemente el timbre para llamar a la azafata: ¿Cuál es el problema, Señora? - Pregunta la azafata - ¿Es que no lo ve? - Responde la dama - Me colocaron junto a un sucio INDÍGENA. No soporto estar al lado de uno de estos seres repugnantes, ¿NO TIENE OTRO ASIENTO?. Por favor, cálmese -dice la azafata- Casi todos los asientos están ocupados. Pero, voy a ver si hay un lugar disponible. La azafata se aleja y vuelve de nuevo algunos minutos más tarde: Señora, como yo pensaba, ya no hay ningún lugar libre en la clase económica. Hablé con el Comandante y me confirmó que no hay más sitios disponibles en la clase económica. No obstante, tenemos aún un lugar en primera clase. Antes de que la dama pudiera hacer el menor comentario, la azafata sigue: Es del todo inusual permitir a una persona de la clase económica sentarse en primera clase. Pero, dadas las circunstancias, el Comandante encuentra que sería escandaloso obligar a alguien a sentarse junto a una persona tan repugnante. Todos los pasajeros alrededor, observaban la escena, indignados. Entonces, la azafata, dirigiéndose al indígena, le dice: Si el Señor lo desea, tome su equipaje de mano, ya que un asiento en primera clase le espera. Y los pasajeros, que sorprendidos, presenciaban la escena: SE LEVANTARON Y APLAUDIERON!!!

domingo, 2 de marzo de 2014

LA GUERRA DE LAS CAMPANAS.

Gianni Rodari (Extraído de Cuentos por teléfono, Barcelona, Juventud, 1973.)
Érase una vez una guerra, una grande y terrible guerra, que hacía morir a los soldados de uno y otro bando.
Nosotros estábamos en este bando y nuestros enemigos estaban en el otro, y nos disparábamos mutuamente día y noche, pero la guerra era tan larga que llegó un momento en que empezó a escasear el bronce para los cañones y en el que ya no nos quedaba hierro para las bayonetas, etc.
Nuestro comandante, el Extrageneral Bombón Tirón Pisarruidón, ordenó echar abajo todas las campanas de los campanarios y fundirlas todas juntas para hacer un grandísimo cañón: uno solo, pero lo suficientemente grande como para ganar la guerra de un solo disparo.
Para levantar aquel cañón fueron necesarias cien mil grúas; para transportarlo al frente se necesitaron noventa y siete trenes. El Extrageneral se frotaba las manos de contento y decía:
- Cuando dispare mi cañón, los enemigos huirán a la luna.
Llegó el gran momento. El cañonísimo fue apuntado contra los enemigos. Nosotros nos habíamos tapado los oídos con algodón porque el estallido podía rompernos los tímpanos y la trompa de Eustaquio.
El Extrageneral Bombón Tirón Pisarruidón ordenó:
- ¡Fuego!
El artillero pulsó un mando. Y de improviso, desde un extremo hasta el otro del frente, se oyó un gigantesco repique de campanas:
" ¡Din! ¡Don! ¡Dan! ".
Nosotros nos quitamos el algodón de los oídos para oír mejor.
" ¡Din! ¡Don! ¡Dan! ", tronaba el grandísimo cañón. Y el eco, con cien mil voces, resonaba por montes y valles: " ¡Din! ¡Don! ¡Dan! ".
- ¡Fuego! - gritó el Extrageneral por segunda vez - ¡Fuego, córcholis!.
El artillero pulsó el mando nuevamente y otro concierto de campanas se difundió trinchera en trinchera. Parecía como si tocaran a la vez todas las campanas de nuestra patria. El Extrageneral se arrancaba los cabellos de rabia y continuó arrancándoselos hasta que sólo le quedó uno.
Luego hubo un momento de silencio. Y entonces, desde el otro frente, como si fuera una señal, respondió un alegre y ensordecedor " ¡Din! ¡Don! ¡Dan! ".
Porque debéis saber que el comandante de los enemigos, el Muertismariscal Von Bombonen Tironen Pisaruydonsson, también había tenido la idea de fabricar un cañonísimo con las campanas de su país.
" ¡Din! ¡Dan! ", tronaba ahora nuestro cañón.
" ¡Don! ", respondía el de los enemigos.
Y los soldados de los dos ejércitos saltaban de las trincheras y corrían los unos hacia los otros, bailando y gritando:
- ¡Las campanas, las campanas! ¡Es fiesta! ¡Ha estallado la paz!.
El Extramariscal y el Muertiscal subieron a sus coches y se fueron corriendo, y aunque gastaron toda la gasolina, el son de las campanas todavía les perseguía.

sábado, 1 de marzo de 2014

LOS TRES HIJOS DEL REY.

Erase un rey que tenia tres hijos Poseia ademas muchas riquezas y posesiones que se extendían a lo largo y ancho de su reino. Pero su gran tesoro eran sus tres hijos, a quienes amaba entrañablemente y a los que había procurado educar desde pequeños.

De entre las riquezas que poseía su reino, le gustaba sobre todo un brillante de valor extrordinario,admirado en el mundo entero.





¿Para quién sería aquel brillante al repartir la herencia? Su padre les sometpó a una prueba. Seria para el que realizase la mayor hazaña en el dia señalado.

Al llegar la noche,cada uno relato los acontecimientos de la jornada.

El mayor habia dado muerte a un dragon que sembraba el panico por todo el reino.

El segundo venció a diez hombres bien armados con una pequeña daga.

El tercero dijo:"Sali esta mañana y encontre a mi mayor enemigo durmiendo al borde de un acantilado...y la deje segir durmiendo."

Entonces el rey se levanto del trono,abrazo a su hijo menor y le entrego el brillante.

Un gran Rey y sus tres hijos.

La forma de ejercer adecuadamente cualquier poder o autoridad es poniéndome al servicio de los demás.


Había una vez un poderoso rey que tenía tres hijos. Dudando sobre quién debía sucederlo en el trono, envió a cada uno de ellos a gobernar un territorio durante cinco años, al término de los cuales deberían volver junto a su padre para mostrarle sus logros.
Así marcharon los tres, cada uno a su lugar, alegres por poder ejercer como reyes. Pero al llegar descubrieron decepcionados que tan sólo se trataba de pequeñas villas con un puñado de aldeanos, en las que ni siquiera había un castillo.
- Seguro que a mis hermanos se les han dado reinos mayores, pero demostraré a mi padre que puedo ser un gran rey - se dijo el mayor. Y juntando a los pocos habitantes de su villa, les enseñó las artes de la guerra para formar un pequeño ejército con el que conquistar las villas vecinas. Así, su pequeño reino creció en fuerza y poder, y al cabo de los cinco años había multiplicado cien veces su extensión. Orgulloso, el joven príncipe reunió a aquellos primeros aldeanos, y viajó junto a su padre.
- Seguro que a mis hermanos se les han dado reinos mayores; sin duda mi padre quiere probar si puedo ser un gran rey - pensó el mediano. Y desde aquel momento inició con sus aldeanos la construcción del mayor de los palacios. Y tras cinco años de duro trabajo, un magnífico palacio presidía la pequeña aldea. Satisfecho, el joven príncipe viajó junto a su padre en compañía de sus fieles aldeanos.
- Seguro que a mis hermanos se les han dado reinos mayores, así que la gente de esta aldea debe de ser importante para mi padre - pensó el pequeño. Y resolvió cuidar de ellos y preocuparse por que nada les faltara. Durante sus cinco años de reinado, la aldea no cambió mucho; era un lugar humilde y alegre, con pequeñas mejoras aquí y allá, aunque sus aldeanos parecían muy satisfechos por la labor del príncipe, y lo acompañaron gustosos junto al rey.
Los tres hermanos fueron recibidos con alegría por el pueblo, con todo preparado para la gran fiesta de coronación. Pero cuando llegaron ante su padre y cada uno quiso contar las hazañas que debían hacerle merecedor del trono, el rey no los dejó hablar. En su lugar, pidió a los aldeanos que contaran cómo habían sido sus vidas.
Así, los súbditos del hijo mayor mostraron las cicatrices ganadas en sus batallas, y narraron todo el esfuerzo y sufrimiento que les había supuesto extender su reino. El hermano mayor sería un rey temible, fuerte y poderoso, y se sentían orgullosos de él.
Los súbditos del mediano contaron cómo, bajo el liderazgo del príncipe, habían trabajado por la mañana en el campo y por la tarde en la obra para construir tan magnífico palacio. Sin duda sería un gran rey capaz de los mayores logros, y se sentían orgullosos de él.
Finalmente, los súbditos del pequeño, medio avergonzados, contaron lo felices que habían sido juntos a aquel rey humilde y práctico, que había mejorado sus vidas en tantas cosas. Como probablemente no era el gran rey que todos esperaban, y ellos le tenían gran afecto, pidieron al rey que al menos siguiera gobernando su villa.

Acabadas las narraciones, todos se preguntaban lo mismo que el rey ¿Cuál de los príncipes estaría mejor preparado para ejercer tanto poder?
Indeciso, y antes de tomar una decisión, el rey llamó uno por uno a todos sus súbditos y les hizo una sola pregunta:
- Si hubieras tenido que vivir estos cinco años en una de esas tres villas, ¿cuál hubieras elegido?
Todos, absolutamente todos, prefirieron la vida tranquila y feliz de la tercera villa, por muy impresionados que estuvieran por las hazañas de los dos hermanos mayores.
Y así, el más pequeño de los príncipes fue coronado aquel día como el más grande de los reyes, pues la grandeza de los gobernantes se mide por el afecto de sus pueblos, y no por el tamaño de sus castillos y riquezas.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán

EL REY Y SUS TRES HIJOS.

Cierta vez existió un rey que tenía tres hijos dotados de las mismas cualidades de modo que era difícil escoger, entre ellos, quien iba recibir el legado del Reino.

Entonces acudió a un sabio de la región para recibir su consejo. El sabio ideó el plan y aconsejó al rey:

- Vete de peregrinación.

Así el rey llamó a sus tres hijos y les dio a cada uno la misma cantidad de semillas de unas hermosas flores. Luego, antes de marcharse, les dio la siguiente instrucción:

- Preservad estas semillas tan bien como os sea posible, porque vuestras vidas dependen de ellas. Y, cuando regrese me informaréis de lo ocurrido con ellas.

El primer hijo, el mayor, el que mejor sabía conducirse, el más artero y pulcro, dijo:

- Guardaré estas semillas en una caja fuerte, de modo que para cuando regrese mi padre estarán tal cual me los ha dado, ya que de ello depende mi vida. -Y procedió con la idea de guardarlo tal como se propuso.

El segundo hijo, dijo:

- Como las semillas deben ser preservadas, mientras dure la ausencia de mi padre, las venderé y guardaré el dinero, y, el día que él regrese, las volveré a comprar y él no se dará cuenta, sin embargo las especies estarán tan frescas como me los dio, pues guardarlo no puedo porque hay el riesgo de que se pudran. -Y así lo hizo.

El tercer hijo, dijo:

- Lo que nos dio son semillas, eso debe significar algo. Y, como las semillas están hechas para germinar y crecer en la superficie de la tierra, prepararé el terreno y las sembraré sobre ella para que adorne el jardín.

Al cabo de un año, el padre regresó y, evidentemente, examinó a cada uno de sus hijos. El hijo mayor abrió la caja fuerte y dijo a su padre:

- Mi señor, aquí tiene las semillas que me las dio; están bien conservadas, tal como usted me las dio. 

Pero, el rey, dijo:

- ¡Estúpido! Las semillas no se conservan en cajas de seguridad; solo se preservan si las dejas morir y le permites renacer.

Luego se dirigió al segundo hijo diciendo:

- Tú entendiste mejor que tu hermano mayor. Pero, como la cantidad de las semillas sigue siendo la misma y que ellas se multiplican en millones, naturalmente, has cometido un grave error en el intento de preservar tal cual te las di. 

Después se dirigió al menor, quien le condujo hacia el jardín para mostrárselo, diciendo:

- Padre, yo las esparcí por el suelo y se han convertido en plantas. Sin embargo, pronto florecerán y harán sus propias semillas de modo que usted las recogerá multiplicado en millones. 

El rey declaró:

- ¡Ganaste la prueba, muchacho! ¡Tú serás mi sucesor! Porque la única forma de preservar la semilla es permitiéndole morir para que pueda renacer.