martes, 19 de mayo de 2015

DOS CULEBRAS SE MUDARON DE CASA


 
Dos culebras querían abandonar un pantano que se estaba secando.
         - Si tomas la delantera y yo te sigo – dijo la culebra chica a la culebra grande –, los hombres se darán cuenta que nos vamos y alguno te matará. Es mejor que me lleves a cuestas, cada una con la cola de la otra en la boca. Entonces los hombres pensarán que somos un Dios.
         Y así cogidas, cruzaron la carretera. Todo el mundo les cedía el paso, exclamando: «¡Este es un Dios!»

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