lunes, 25 de mayo de 2015

¡EL CABALLO ESTABA AHÍ!



Wang Hao tenía una inteligencia extremadamente lenta. Una vez, montando su caballo bayo, acompañó a la guerra al emperador Wen Xuan del Reino de Qi. La temperatura llegó a ser tan glacial durante la noche que, a la mañana siguiente, el caballo bayo amaneció cubierto de escarcha. Wang Hao ordenó entonces una batida para encontrar su caballo, pero todos volvieron con las manos vacías.
         Cuando salió el sol, la escarcha se derritió, y Wang Hao exclamó dándose vuelta: «¡Oh!, ¡pero si no se ha movido de ahí!»

No hay comentarios:

Publicar un comentario