lunes, 25 de mayo de 2015

QUIEN MERECÍA EL PUESTO DE HONOR


 
Un hombre que pasaba frente a la casa de un amigo notó que la chimenea era recta y que una pila de leña había sido colocada cerca de la estufa.
         - Es mejor que construya otra chimenea con un codo – advirtió al dueño de casa – y aparte esa leña; de otra manera puede provocarse un incendio.
         Pero el dueño de casa no hizo caso del consejo.
         Tiempo después la casa se incendió; pero por fortuna los vecinos ayudaron a apagarla. Entonces la familia mató un buey y preparó vino para expresar sus agradecimientos a los vecinos. Aquellos que habían sufrido quemaduras fueron colocados en los puestos de honor; y el resto, de acuerdo a su mérito; pero no se mencionó al hombre que les había aconsejado construir una chimenea nueva.
         - Si Ud. hubiera aceptado el consejo de aquel hombre – recordó alguien al dueño de la casa –, se habría ahorrado los gastos del buey y del vino y habría evitado el incendio. Ahora está Ud. agasajando a sus vecinos para agradecerles lo que hicieron, pero, ¿es justo olvidar al hombre que le aconsejó reconstruir la chimenea y apartar la leña, mientras trata a aquellos que sufrieron quemaduras como huéspedes de honor?
         El anfitrión se dio cuenta de su error e invitó al hombre que le había aconsejado correctamente.

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