jueves, 7 de enero de 2016

PERSPICACIA.


Los discípulos se hallaban enzarzados en una acalorada discusión acerca de la causa del sufrimiento humano.

Unos decían que la causa era el egoísmo. Otros, que el error. Y otros, por último, que la incapacidad para distinguir lo real de lo irreal.

Cuando le preguntaron al Maestro, éste dijo. "Todo sufrimiento proviene de la incapacidad para sentarse tranquilamente y estar solo".

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