Ir al templo
o hacer novenas a los santos
no te va a cambiar:
eres tú el que ha de cambiar.
Recuerda que no sirve decir
"¡Señor, Señor!",
sino hacer la voluntad del Padre.
Y la voluntad del Padre es
que seamos fieles a la verdad,
porque sólo la verdad nos hará libres.
Todo cambio auténtico
se efectúa sin esfuerzo.
Las personas tenemos cantidades enormes
de energía en potencia,
para activarlas cuando las necesitamos.
Lo importante es que descubras
lo que ocurre en ti y a tu alrededor,
para saber las causas
de lo que anda mal.
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